Relajada y con el corazón despeinado me pregunto por las casualidades, los momentos en que los cables de dos vidas se cruzan y saltan chispas.
En realidad, primero se cruzan los cables, hay corriente… y poco a poco, si se mantiene esa corriente, entonces saltan chispas.
Soy consciente de esa magia y serranía que se me sale por los rizos oxidados. Porque me quiero, acuno mi corazón despeinado con música, a veces clásica, otras jazz, pop, no concibo mi vida sin música, genero espacios donde dibujo y te cuento historias müttantes, vuelo, me disparo al centro de galaxias de puras sensaciones. Disfruto la música y, cuando la comparto, quiero que sientas lo mismo que yo al escucharla, que te relajes y se te ponga la piel de gallina… Que se te desengomine el corazón.
La aventura que estoy transitando últimamente me ha hecho parar, tragar saliva y volver a comprobar la autenticidad de este corazón despeinado del que tan orgullosa me siento, la aventura que estoy transitando me recuerda constantemente que en términos de polaridad, el dar juega en pareja con el recibir.
Abro el juego contigo en un aparente modo neutral, me despeinas de un fogonazo al corazón con el “Intermezzo de Cavalleria rusticana” de Mascagni. Tienes toda mi atención y, por supuesto, doy vueltas contigo por algún jardín cósmico al ritmo de “Claro de luna” de Debussy, como estoy volando no puedo pisarte. Nota a nota salen emociones de los auriculares y mariposas cosquilleantes de algún lugar olvidado.
Cada una de las emociones que recibo a través de la música que me envías me habla de ti, celebro las que coinciden con las piezas que yo escucho habitualmente, me hace sentir una bonita conexión.
Las emociones, cuando las dejo, vuelan en desbandada, empujan fuerte, abren las puertas y ventanas de par en par al ritmo de un solo de batería en una pieza de jazz… el corazón se queda al aire, despeinado melena al viento…
Es un tornado fantástico, lo más müttante que me ha ocurrido.
Chispas, chispas y chispas. Recibir. La magia de darme permiso para müttar.
Puedes despeinarte hasta müttar con la playlist Despeinado cósmico de nuestra cuenta de Spotify Müttacafe.
Que la müttación te acompañe… Con música ¡por supuesto!